sábado, 10 de enero de 2009

INTRODUCCIÓN

Las dos cartas a Timoteo (1Ti y 2Ti) y la carta a Tito han recibido el nombre de "cartas pastorales", por estar dirigidas a personas encargadas de la labor pastoral al frente de algunas comunidades y por tratar de temas relacionados con ese cargo.

Timoteo fue uno de los colaboradores más fieles de Pablo, y su nombre aparece mencionado en varias de las otras cartas paulinas (cf. por ejemplo, Ro. 16:21; 2 Co 1:1; Flp. 1:1). En Hch 16:1-3 se dice que era de madre judía creyente, es decir, que se había hecho cristiana, y de padre griego, o sea pagano.

La primera carta da a entender que Timoteo sen encontraba en Éfeso, donde había sido dejado por Pablo con la misión de velar por la sana enseñanza, frente a ciertas doctrinas que se estaban difundiendo, y por el buen orden en la comunidad.

El contenido de esta carta puede resumirse de la siguiente manera.

En la introducción, después de un breve saludo (1:1-2), viene una advertencia contra las falsas doctrinas (1:3-11), y una acción de gracias por la misericordia que Dios tuvo con Pablo (1:12-20).

En la parte central se trata de diversos temas relacionados con el buen orden de la comunidad, la oración por todos, la conducta de los hombres y las mujeres, y en especial el comportamiento de los que ejercen un cargo directivo en la comunidad. Todo ello se fundamenta en la verdad revelada por Cristo (2:1-3:16). Luego se encuentran nuevas advertencias e instrucciones (4:1-:19).

La carta termina con una breve despedida (6:20-21).

Las cartas pastorales, comparadas con las otras cartas paulinas, presentan varias peculiaridades que las distinguen claramente. El lenguaje de estas cartas se diferencia bastante del lenguaje de las otras. Aquí aparecen algunos términos y expresiones que no se usan en aquellas, y no aparecen otros que son típicos de Pablo.

En cuanto al contenido, también hay diferencias notorias. En estas cartas se observa una insistencia en la necesidad de preservar el "deposito", es decir, la sana doctrina que se ha recibido y se debe transmitir (1 Ti 6:20; 2 Ti. 1:14). Los grandes temas doctrinales de las cartas antuguas aparecen aquí mencionados, sobre todo, en resúmenes que utilizan fórmulas tradicionales (1 Ti 3:16; 2 Ti 2:11-13).

Por otra parte, estas cartas reflejan, una organización más desarrollada y fija en las comunidades. La actividad carismática, tan prominente en algunas cartas anteriores, ha sido sustituida por una vida más organizada.

Además, no es fácil coordinar las referencias que hay en estas cartas acerca de la vida de Pablo con los datos que hay en otros escritos.

Algunos creen que estas particularidades pueden explicarse por el hecho de que Pablo escribió estas cartas ya al fin de su vida y, quizá, valiéndose de un secretario.